He hecho algunas preguntas al maestro de meditación Juan Manzanera, formado en budismo en los monasterios de Sera en la India y Nalanda en Francia, que fue monje durante 12 años en la tradición budista tibetana. En la actualidad, Juan dirige retiros y sesiones de meditación y ejerce de psicoterapeuta en consulta privada (más información sobre él y sus actividades al final de la entrevista).
¿Qué es para ti lo más importante de la práctica de meditación?
La meditación no es una actividad aislada sino que forma parte de una manera de entender la vida. Desde esta perspectiva es un método imprescindible para provocar una verdadera transformación.
Generación tras generación la mayoría de los seres humanos experimentamos frustraciones, incertidumbres, miedos, carencias, y demás tipos de sufrimiento. Todo esto vuelve a suceder una y otra vez en cada nueva generación. Sin embargo, siempre ha habido personas que han sabido salirse de esta rueda. Podría decirse que en el mundo existe una transmisión de esta sabiduría, de modo que hay un sistema, un método para vivir algo diferente.
Hacer meditación forma parte de ese sistema de sabiduría ancestral, ahí reside su importancia. Si hay una posibilidad de vivir una vida más plena y satisfactoria puede lograrse conociendo la propia mente, y para ello meditar es el método por antonomasia. Además, es bien sabido que las personas tenemos la posibilidad de desarrollar muchas capacidades, y una de las cosas que más pueden dar sentido a la vida es evolucionar como ser humano y saber qué somos de verdad.
Hacer meditación es la mejor manera de lograrlo. Como psicólogo puedo afirmar que incluso la psicoterapia se queda corta frente a las posibilidades que brinda la meditación. Desde esta perspectiva meditar no es sólo una manera de lograr paz interior o de superar estados psicológicos nocivos, sino principalmente un ejercicio para evolucionar como ser humano y conocerse en profundidad. Se deja de sufrir cuando evolucionamos hacia estados más maduros y despiertos. Esta es la verdadera función de la meditación.
Ahora bien, meditar puede significar muchas cosas diferentes. El planteamiento inicial es entenderla como una actividad para relajar la mente de pensamientos y estados negativos. Este enfoque está desprovisto de toda la filosofía de vida de la cual la meditación forma parte, por lo que aunque es útil es muy limitado. Otro aspecto es meditar para lograr las experiencias denominadas espirituales. Hay mucha gente que tiene una necesidad de transcendencia y la meditación les sirve para eso. Otro enfoque más avanzado es la práctica para desarrollar capacidades personales y cualidades (lucidez, concentración, amor, perdón, ecuanimidad, compasión…); esto está íntimamente relacionado con la maduración como persona. Por último, el enfoque más evolucionado, y menos popular, tiene que ver con el deseo de trascender todos los condicionamientos. Esto se basa en la comprensión de que vivimos inconscientes en un mundo imaginario.
Lógicamente, cada uno de estos enfoques implica prácticas diferentes de meditación que nos llevan a resultados distintos. Por esto es conveniente tener claro cuál es nuestro verdadero interés cuando hacemos meditación y para qué sirve la práctica concreta que hacemos.
¿Porqué ir a un retiro de meditación?
Nuestra mente es un continuo de pensamientos y emociones que se repiten constantemente. Es como la corriente de un río. Está llena de tendencias e inercias que no controlamos y nos impiden evolucionar. Además, cuando estas tendencias son negativas, sin poderlo evitar nos vemos atrapados en experiencias de mucho sufrimiento. Es preciso un trabajo firme y continuado para debilitar esta inercia mental. Esta es la función de retirarse a meditar.
Cuando nos apartamos unos días a meditar el impacto sobre la mente es más potente y tenemos muchas más posibilidades de cambiarla. Pero también tenemos que recordar que hay muchas capas en la mente, y algunas tendencias son muy profundas. Sólo podemos acceder a estos niveles sutiles dedicando muchas horas y días a trabajar la mente. Un retiro es la situación ideal para esto.
Cualquier persona que se tome en serio la transcendencia personal tiene que entender que hacer retiros ocasionalmente debe formar parte de sus ocupaciones.
¿Cómo una actividad aparentemente individual y solitaria (como meditar o ir a un retiro de meditación) puede ser de beneficio a los demás / al mundo?
Las personas no somos entes aislados, nos influimos unos a otros. Nuestra forma de estar en el mundo afecta a los demás. Así, cuando uno se transforma a través de la meditación, y vive, por ejemplo, con más compasión o ecuanimidad, eso afecta a los demás. Cuando reaccionas mejor a las adversidades, y cuando vives con menos emociones negativas te conviertes en una influencia positiva.
Una pregunta que deberíamos hacernos constantemente es cómo estamos influyendo en los demás, porque siempre lo estamos haciendo. Por otra parte, todos podemos constatar cómo nos afectan los demás. Por ejemplo, cuando estamos con personas que se enfadan mucho, o que son muy nerviosas o muy dañinas, nos afecta negativamente.
De modo que necesitamos herramientas para desprendernos del efecto de estas influencias. Meditar es un buena manera de conseguirlo. Especialmente si meditamos en amor y compasión.
Sobre Juan Manzanera
Es licenciado en Psicología Clínica. Diplomado en Psicoterapia Gestalt (AETG). Formado en Psicoterapia Integrativa con Claudio Naranjo (programa SAT). Formación en EMDR y Terapia de Aceptación y Compromiso. Master en Terapia Breve Estratégica.
Formado en budismo en los Monasterios de budismo tibetano de Sera en La India y Nalanda en Francia. Fue monje durante 12 años en la tradición tibetana.
En la actualidad, dirige retiros y sesiones de meditación (más información aquí sobre su escuela de meditación y su podcast «Meditación con Juan Manzanera»), y ejerce de psicoterapeuta en consulta privada. Es autor de los libros, «La Mirada del Maestro», «El placer de Meditar», «Meditación La felicidad callada» y «El hallazgo de la serenidad».